viernes, diciembre 15, 2006

estatuas

Hay una escultura en el muelle del puerto.
Son un hombre y una mujer sentados,
con las piernas colgando sobre el agua.
Ella mira hacia el horizonte,
disimulando no saber que él la está mirando.
Él está permanentemente atrapado en ese instante de duda, de indecisión,
en el borde del precipicio.
Está a punto de abrazarla.
Por primera vez.
Los dos lo saben.
Los dos lo esperan.
Pero él está atrapado en ese instante.
Un segundo antes.
Todavía puede tirarse atrás,
o morirse de miedo y simular que estaba espantando moscas.
Todavía puede pasar todo.
O nada,
porque en el fondo,
son dos estatuas inmóviles en su movimiento.
Pero cada vez que voy al muelle,
secretamente,
deseo que el abrazo sea más fuerte que la piedra.

11 comentarios:

ariadna dijo...

y 5º post dedicado a grampus!

Alberto Ramos dijo...

Como el caballo de Lisboa a punto de dejarse abrazar por el vacío.

Alberto Ramos dijo...

O viceversa.

Alberto Ramos dijo...

Mejor (puedes borrar los dos comentarios anteriores):

Como el caballo a punto de abrazar el abismo.

(Aprovecho para comentar que el poema me dejó tan alucinado que olvidé que habías olvidado mi café.)

ariadna dijo...

cierto, te debo otro café! este será portátil, te llevaré a conocer a las estatuas :)

Ailin dijo...

Probablemente haya sido ese instante eterno de indesición el que los convisrtió en estatuas.
¡Queremos una foto!

Alberto Ramos dijo...

Espero que no les dé corte mi presencia. ;-)

ariadna dijo...

mañana les saco una foto, ailin. prometido!!!

Anónimo dijo...

PRECIOSO! Inmejorable final para la edición limitada. Me siento más orgulloso que un pavo real orgulloso.

Por cierto... los abrazos suelen ser más fuertes que la piedra... pero cuando nadie mira.

Anónimo dijo...

aaPRECIOSO! Inmejorable final para la edición limitada. Me siento más orgulloso que un pavo real orgulloso.

Por cierto... los abrazos suelen ser más fuertes que la piedra... pero cuando nadie mira.

ariadna dijo...

estoy segura de ello, grampus. gracias!