miércoles, agosto 29, 2007
molinos de confetti
trabajar al lado del mar tiene sus ventajas:
ayer soplaba una brisa tan fantástica que este molino decidió aprovecharla para venirse en sobre rojo hasta este árbol para tomar el te con la señora pinza, madame pentámera y unos cuantos pececitos de colores despistados que vinieron siguiendo a la pentámera y al señor pez gato.
ahora que son las cinco de la tarde, la hora del te, me voy a acercar un ratito a ver si me invitan...
(¡¡¡Gracias por el regalo, Nata!!!)
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
7 comentarios:
¡En unas horitas nos vemos y me cuentas si estaba rico el té!
Petons!
¡Qué cosa más bonita recibir lunares tan bien dispersos!
(Disfrutad de Nata, que cada pedacito de ese puzzle que ha trasladado a Barcelona es un tesorito...)
:)
No es un molino. Es un pequeño gigante.
(pero un pequeño gigante muy hermoso)
gálago, tienes toda la razón!!! por cierto que ayer vi un pulpito-broche que habías hecho tú fantástico, felicidades!!!
al, lo que habría dado don quijote por un molino-minigigante como este... ;)
uy, si sobra tarta de fresa, me podrias guardar un cachito?
eso está hecho, maría!
Publicar un comentario